Hola chic@s¡
Hoy traigo una receta facilísima que os puede servir para cualquier comida o cena, sobre todo si esta es copiosa porque se trata de un postre muy ligerito: mousse de fresa.
He elegido la fresa y no otros sabores más golosos como el chocolate porque creo que después de una comilona nos apetece más algo suave, que no empalague. Además estos días no paro de ver fresas en todos los supermercados y fruterías con una pinta deliciosa¡¡
Ingredientes:
- 250 g de fresas
- 100 g de azúcar
- 250 ml de nata fresca
- 3 láminas de gelatina
- 1/2 limón
Preparación:
Lava y pela las fresas, bátelas y pásalas por un colador de rejilla fina; vierte el pure en un cuenco y reserva 2 cucharadas para diluir más tarde la gelatina. Yo terminé pasándolo por un chino, porque el colador que tengo en casa es demasiado fino, como se observa en la foto. Y reservé más de dos cucharadas para que me fuera más fácil diluir la gelatina.
La gelatina es necesario dejarla reblandecer 10 minutos en agua fría, luego se escurre y se diluye en el puré de fresas. Para que se diluya mejor calenté el puré unos segundos en el microondas.
Añade el azúcar, el zumo de limón y la gelatina. Mezcla bien hasta obtener una crema espesa.
Monta la nata e incorpórela delicadamente a la crema de fresas.
Para montar nata, si no lo habéis hecho nunca, el secreto está en que tiene que estar muy fría para que no se corte. Pensad que la nata tiene grasa, que se puede ablandar si se le da calor. Podeís meter los utensilios en el congelador para que estén fríos.
Yo la monto a mano, pero también podéis hacerlo con batidora o con sifón. Para montarla a mano necesitáis unas varillas, las mías son del Ikea y van muy bien. Al batirla no es necesario hacerlo con mucha energía o muy rápido, puesto que así generamos calor y se puede cortar. Por ese mismo motivo, si la montamos con batidora es más fácil que se corte o que tenga menos volumen.
La nata se monta más fácilmente si tiene más de un 32% de materia grasa, si le echáis una pizquita de sal y si la cantidad es pequeña. Si tenéis que montar mucha nata, por ejemplo 500ml es mejor hacerlo en dos veces. Por último, sabremos que la nata está montada si le dais la vuelta al cuenco y no se cae.
Por último, vierte la mousse en copitas indiduales y déjelas reposar en el frigorífico durante al menos 4 horas.
Yo las serví en tacitas porque los cuencos que tengo para estas cosas estaban ocupados jeje, pero como no era para ninguna celebración no me importó mucho. Cuando ya estaba listo limpié los bordes y lo decoré con las fresas que me habían sobrado. También lo podéis decorar con nata montada.
Es un postre sencillo y ha quedado riquísimo. Sabe muchísimo a fresa (no como el bizcocho de plátano...jiji) y es ligerito. Alguna de las personas que lo probó me han dicho que igual demasiado dulce, pero ya sabéis que eso es para gustos. Pero si no sois mucho de dulce podéis rebajar la cantidad de azúcar y listo¡
