Hola a todos¡
El fin de semana de mi viaje a Madrid estuve comiendo en Areia. Es un local situado en el centro (calle de Hortaleza,92) con un ambiente étnico y multitud de opciones.
Por las noches es un frecuentado bar de copas en el que puedes disfrutar de la cultura del mixing, es decir, que cuenta con una carta de más de 80 coctails diferentes; unos más clásicos y otros de creación propia. Además cada noche un DJ ameniza la velada para que no pares de bailar¡ Pincha aquí si quieres ver la programación.
Durante el día se convierte en un chill out en el que poder relajarte en camas, sofás con cojines gigantes... Todo muy cómodo y con un rollito especial¡ jeje. Puedes pedir desde el clásico té moruno hasta un batido natural. Además si estás buscando un lugar en el que celebrar cumpleaños, fiestas de empresa, coffee breaks, presentaciones, despedidas… este es tu sitio.
En este caso nosotros fuimos a comer y relajarnos después de una dura mañana pateando Madrid. Pedimos dos menús, la comida del desierto (15€) y un menú brunch (12€). También tienen un menú del día por 8€ que no está nada mal¡
La comida del desierto es tipíca del norte de África y puedes pedir humus, boudanjal, cous cous, tajin de cordero, baklava… Incluye panes especiales, café y bebida. Nosotros elegimos el boudanjal que eran verduras sobre una cama de berenjas con un sabor especiado, estaba muy rico. Una pena que se me olvidara sacar foto¡ Y de segundo tallin de cordero. De eso sí hay foto¡ jaja
Llevaba cordero, patatas y dátiles. Los dátiles le daban un gusto dulce que combinado con la patata y el cordero estaba delicioso.
En el menú brunch elegimos un revuelto de salmón ahumado. A mí no me gustó mucho porque descubrí que no me gusta el salmón ahumado, tiene un sabor demasiado fuerte. Pero para quién le guste es una buena opción, no tan exótica como las de la comida del desierto. Y de segundo la hamburguesa Yadida.
Era pan de pita con carne, lechuga, cebolla y varias salsas, entre ellas mostaza. Estaba realmente rica y disfruté de ella hasta el último pedacito¡ Me resultó dificilísimo comerla sin que se callera nada¡ jaja Por otro lado las patatas no eran especialmente sabrosas.
Rematamos la comida con un postre riquísimo, eso sí tumbaditos en uno de los sofás¡
Lo blanco que véis en la copa es yogur griego, al que se le añade miel para endulzarlo. Lo cierto es que nunca había comido yogur natural con miel y me encantó, estaba riquisimo¡ El té moruno si lo había probado y este me gustó porque no estaba excesivamente dulce. Los pastelitos no sé bien de que eran, pero me pareció que estaban hechos de hojaldre y frutos secos, uno de ellos (el que tiene un color un poco verdoso) llevaba pistacho. Muy muy ricos, perfectos para acompañar al té¡
En conjunto el sitio me encantó, la atención fue maravillosa. Nos atendieron estupendamente, recomendándonos una cosa u otra y permitiéndonos cambiarnos de sitio a nuestro gusto. Además nos pusieron un pastelillo de más (puesto que eramos dos) sin cobrarnos y nos cambiaron el refresco que no habíamos consumido durante la comida por un té más sin ningún problema. La camarera servía el té con una tetera preciosa de estilo moruno y desde una distancia que si soy yo... medio té caería fuera del vaso.
Por último comentaros que en verano cubren el local con 2 toneladas de arena de playa para poder descalzarte y trasladarte en un momentito hasta la costa sólo con ayuda de tu imaginación. ¿No os parece original?
¿Conocéis este sitio? ¿Os gusta?